Thursday, August 03, 2006
En el piso (Cuento)
Carro con las puertas atascadas en pleno camino al precipicio. !Rum Rum! Al menos estaría en movimiento. !Ja! Qué tonterías se piensan cuando se está contemplando el techo de un estacionamiento. Es de cemento, gris, pero ya se le está filtrando la humedad, como una macha de sudor en la axila de un trabajador. Y dígame los huecos del acné hamponil. ¡Pam! ¡Pum! El gritico de rigor y la jornada del día bien choreada. A veces algo más. ¿Y las manchas de semen? ¡Tonta, estás viendo el techo, no el piso! No importa, por allá se nota un burdo brochazo de pintura ¿tapando qué? ¡Ah! Recuerdo. Las bombas de hace diez años atrás, la estafa bancaria, la actriz...
¿Y si grito? Uno, dos y tres...
El cuerpo. Caliente. Una cobija de lana en una noche fría. Una bañera para sumergirse en busca de bienestar. Suave. Los pelitos se levantan como antenitas buscando el viento. El pavimento deja de quemar cuando cae la noche. El cuerpo. Bendición. Casi siempre.
Ahora mi cuerpo es una cárcel
¿Y si grito? Uno, dos y tres...
El cuerpo. Caliente. Una cobija de lana en una noche fría. Una bañera para sumergirse en busca de bienestar. Suave. Los pelitos se levantan como antenitas buscando el viento. El pavimento deja de quemar cuando cae la noche. El cuerpo. Bendición. Casi siempre.
Ahora mi cuerpo es una cárcel
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